miércoles, 20 de febrero de 2013

# trotar.



Trotar es volar. Volar sobre mis dos pies, no recuerdo bien si toco el suelo, o solo levito en velocidad. Siento el viento en mi cara, en mi cuerpo, en mis piernas. Se remecen mis shorts, y mi capucha. Mis oídos están ocupados por música, a veces le pongo atención, pero más veces solo es una excusa, para ir absorto en mis pensamientos sin que ningún sonido ajeno se interponga. Inclusive me ha parecido a veces, oír por sobre la música, el sonido del mar.

Cuando troto, me desdoblo. No existo más, pero existo por completo. Soy solo yo, y nada más. No hay problemas, no hay penas, no hay angustias ni nada imposible. Me siento completo, por minutos, quizás horas. Nunca es suficiente. Invento metas, objetivos, todo es posible. ¿En qué vaso de agua me estaba ahogando? Me pregunto, al minuto de comenzar el recorrido. A veces no sé si son lágrimas las que corren por mi rostro, o es el sudor. ¿Qué importa? Sólo me limpio con mi polerón, y se acaba. Reflexiono de una manera no posible en momentos de descanso y ocio, todas mis acciones. Nada se ve tan terrible, ni tan débil. Nada se ve imposible. Las respuestas y soluciones afloran en mi corazón, y por ese tiempo me parecen tan fácil de llevar a cabo, parece ridículo que nada de eso se me ocurriera antes. Pienso en todo, y a la vez en nada. Sólo yo me entiendo y me escucho, pongo atención a cada movimiento en mi mente, a cada posibilidad, a cada momento, a cada futuro.

Es lo único que me aleja completamente del vacío perpetuo, y la que lo hace alejarse por más tiempo. Desearía ser constante y perseverante, por respeto a ese alejamiento tan agradable. Pero no lo soy. Es momento de aceptar las cosas que me hacen bien, y dejar un poco de lado las que no. Dejar de agradar a la gente y dejar de tomar decisiones apresuradas que me alejen de lo que me hace bien. Nadie más lo hace por mi, ¿por qué debo hacerlo yo? ¿Es acaso el miedo a quedarme solo, más grande que lo que me hace bien? Quizás, pero basta.

Cómo me gustaría conocer a alguien que sintiera lo mismo que yo, que pudiera compartir conmigo, esos momentos tan invaluables... como desearía eso...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sin pensarlo dos veces.